Obra de Jon Perry, pueden participar de 3 a 6 jugadores, a partir de 14 años, con un tiempo de partida de unos 30 minutos. El objetivo del juego es averiguar si tú eres el chivo expiatorio. De ser así, ¡corre a entregarte a la policía! Si no, colabora con tus compañeros para conseguir acusar al chivo expiatorio mediante la recopilación de cartas que contengan su retrato.
En ¡Cabritos! no puedes fiarte de nadie. Al empezar la partida repartirás las tarjetas de jugador, lanzaran los dados descodificadores y averiguaran en secreto quien es (o quien crees que es) el chivo expiatorio. Todos los jugadores excepto uno, obtendrán un mismo resultado. Sin embargo, no sabrán hasta el final de la partida en qué bando estas.
A lo largo de la partida los jugadores se irán moviendo a través de localizaciones que los permitirán hacer acciones: espiar, para ver qué cartas tiene otro jugador; comerciar, para intercambiar cartas; alijo, para tomar cartas de la reserva; preparar, para poder acusar; acusar, para iniciar un intento de acusación que revele al chivo expiatorio o bien entregarse a la policía, acción que finalizará la partida y otorgará la victoria al chivo expiatorio.
Se pueden comunicar tanto cómo quieran, pero mucho cuidado porque cualquier revelación puede ser crucial. A través del intercambio de cartas también se harán una idea de quién es quién. Y es que la banda solo puede ganar si durante la acción de iniciar una acusación todos los jugadores, excepto el chivo expiatorio, muestran todas las cartas de prueba del mismo color. Para ello, en los turnos previos, todos los jugadores deben haber ido recopilando una mano de cartas con el color en cuestión. Pero si el chivo expiatorio se huele el complot… ¡Correrá a entregarse a la policía!
¡Cabritos! Es un juego de deducción, roles ocultos y gestión de mano que los hará reír de lo lindo. Ideal para jugar tanto en familia como con grupos de amigos, seguro que no podréis jugar una sola partida.
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